Inaguración del grupo escolar graduado
"La Villa"
Cuéllar, 21 de Octubre de 1.928
En los días anteriores de la inaguración del nuevo grupo escolar, los niños pertenecientes a él estuvimos construyendo banderitas, las cuales serían prendidas en las solpas de nuestros trajes para salir a esperar al Sr. Ministro.
Como se iba a celebrar una gran fiesta en la que asistiría el ya citado Sr. Ministro de Instrucción Pública, acompañado de otras distinguidas personalidades de Madrid y Autoridades de Segovia, se empezaba en el jardín que rodea al edificio, la construcción de una hermosa Tribuna elegantemente adornada, con ramera, enredaderas, flores, etc. alrededor y sus dos esquinas la bandera sin par de nuestra querida nación.
El Ayuntamiento de Cuéllar, la Unión Patriótica, la Sociedad de Socorros Mutuos y los Amigos de la Escuela, levantaron bonitos arcos hermosa y artísticamente construidos y adornados. El Ayuntamiento elevaba su arco en la carretera de Segovia, por la cual tendría que pasar primeramente el Sr. Ministro, este arco sostenía el siguiente letrero: "Cuéllar al Ministro de Instrucción Pública" y a la parte alta de sus dos lados, flameaba pausadamente la bicolor movida por el aire.
Luego venía el de "Amigos de la Escuela", que estaba fijado sobre la puerta de las verjas del jardín el cual simulaba una corona de la siguiente inscripción: "Amigos de la Escuela". TAmbién parte de las verjas estaban adornadas con un bonito follaje entre el cual asomaban hermosas y frondosas rosas de diversos colores. este arco era construido y adornado por las señoras y señores Maestros de la Villa.
Después subiendo por la Calle de San Francisco se elevaba otro arco, que con letras de flores, artísticamente decía: "Viva España" y en el centro colgaba la bandera de la Unión Patriótica, con su insignia y sus resaltantes letras amarillas sobre fondo verde oscuro, la que así decía : "Unión Patriótica, Cuéllar (Segovia).
Al otro lado del mismo arco un espléndido letrero tenía la siguiente inscripción. "La Unión Patriótica de Cuéllar, al Ministro de Instrucción Pública", los muros que sostenían los expresados letreros eran cubiertos de ramera.
Siguiendo la misma calle a la entrada de la Plaza de Alfonso XIII se elevaba también como los anteriores otro arco, que entremetido en su follaje tenía la siguiente inscripción: "Sociedad de Socorros Mutuos". Este arco tenía en el centro de su parte alta la bandera morada, de la expresada Sociedad Cuellarana.
El mismo día en que el Sr. Ministro llegaría, por la mañana nueve mozos de la Villa vistiendo elegantes trajes y montados en sus correspondientes caballos engalanados, salieron al recibimiento de este personaje.
Formados en filas y esperando al Sr. Ministro, nos encontrábamos los niños de los párvulos, los del Colegio de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, las niñas y niños del Colegio de las Monjas y las niñas y niños de las Escuelas Nacionales, que los unos como los otros, bien en la mano o en la parte izquierda del pecho llevábamos la bandera de nuestra nación.
Las niñas de las Escuelas Nacionales, además de llevar en la mano la bandera de España, vestían sus blancos uniformes y nosotros llevábamos izadas en las solapa las banderitas que en los días anteriores (como he expresado) estuvimos construyendo.
A eso de las once llegó a esta histórica Villa Don Eduardo Callejo acompañado de distinguidas personalidades, entre las cuales cito las siguientes. Sr. Profesor de la Universidad de Madrid. Don Elías Tormo, dos Sres. Jefes del Ministerio de Instrucción Pública. Sr. Pozo y Sr. del Valle, un conocido Maestro: Sr. Solana, el Illmo. Sr. Gobernador de Segovia: Don Paulino Polanco, el Sr. Alcalde: Sr. Moreno, el Presidente de la Diputación Provincial: Don Segundo Gila, el Sr. Inspector de 1ª Enseñanza de Segovia Sr. Ballesteros y otras autoridades de Madrid y de Segovia, a los cuales se recibió con numerosos vivas y aplausos.
Cuando bajaron de los autos se dirigieron al nuevo edificio que se iba a inaugurar, pasando por las filas que nosotros formábamos, recibiendo por nosotros todos, gran cantidad de aplausos acompañados de vivas.
La gente que llenaba la plaza del 13 de Septiembre, acudió al jardín que circunda el edificio, para oír los elocuentes discursos.
El surtidor de las escuelas que está a un lado del espacioso jardín, estaba circulando mostrando un aspecto bonito.
Después de la bendición del edificio, ocuparon la tribuna y elocuentemente hablaron todos los Sres. oradores.
Hablaron, el dignísimo e inspirado poeta corresponsal del Adelantado de Segovia: Don Emilio Sánchez, que leyó una linda poesía respecto al presente día e inauguración de las escuelas. Luego habló el Sr. Alcalde de la Villa: Don Modesto Fraile, que con fácil expresión de palabra expuso al pueblo de Cuéllar el entusiasmo y la alegría que sentía en lo más profundo de su corazón, etc. Después habló nuestro estimado Maestro de la Villa: Don David Bayón. El Sr. Cura Párroco, también de Cuéllar. Don Claudio Albornos. También habló Don Elías Tormo y por último habló D. Eduardo Callejo, el cual recibió numerosos aplausos al saludar con elocuentes palabras al pueblo de Cuéllar, que atentamente escuchaba. Su Excelencia dijo que respecto a la enseñanza y obras públicas haría cuanto pudiera y llevaría a cabo el problema, que el Sr. Fraile le expuso, el cuál trataba de inaugurar lo más pronto posible otro grupo escolar graduado de niñas.
Pero yo, que atentamente oía la palabra de los señores oradores, no oí una frase que se dirigiera a nosotros niños, los hombre de mañana, por quien las Escuelas se han creado.
Después de los discursos vi que los niños pequeñitos caminaban tristes con las banderitas colgando de la mano, como si una cosa les faltará. Efectivamente comprendí aquello, el porqué los niños parvulitos notaban tristeza, desilusión desencanto; yo también lo noté, mis compañeros condiscípulos creo que igualmente lo notaron, al no haber sido obsequiados con lo que yo creí, aunque no soy goloso, siquiera unos caramelos para saborearlos en tan señalado día. En cambio algunos de los que llenaban la tribuna se dirigían con largos pasos a la habitación donde se celebraría el regio y sabroso banquete, quizá a ocupar el mejor asiento.
A la terminación del banquete que fue servido por la fonda del Sr. Galo Álvarez, salieron fumando gordos habanos. Después de haberse hecho gran número de fotografías, se dirigieron a la Plaza de Alfonso XIII y allí despidió su excelencia a todos cuantos querían saludarle.
Con gran número de vivas y aplausos salió de la población Don Eduardo Callejo, acompañado de sus compañeros de viaje, respetables personalidades, que Dios les guarde muchos años.
Eduardo Gil Agüero.
(Alumno del Grupo Escolar 21-10-1928)